LITERATURA UNIVERSAL
Blog del departamento de Lengua y Literatura del Colegio Portaceli
sábado, 21 de marzo de 2015
Artículo interesante
En este artículo la escritora y periodista Rosa Montero, a partir de la lectura de Kafka con sombrero de Jesús Marchamalo, hace una interesante reflexión sobre la muerte y las ansias que todos tenemos de vivir incluso cuando llevamos una existencia infeliz. Os recomiendo su lectura antes del examen del miércoles.
miércoles, 4 de marzo de 2015
Comentarios voluntarios 3ª evaluación
Comentario 1. La metamorfosis 16 abril
Entre
la calle y la escalera se estableció una fuerte corriente de aire,
las cortinas de las ventanas volaban, se agitaban los periódicos de
encima de la mesa, las hojas sueltas revoloteaban por el suelo. El
padre le acosaba implacablemente y daba silbidos como un loco. Pero
Gregorio todavía no tenía mucha práctica en andar hacia atrás,
andaba realmente muy despacio. Si Gregorio se hubiese podido dar la
vuelta, enseguida hubiese estado en su habitación, pero tenía miedo
de impacientar al padre con su lentitud al darse la vuelta, y a cada
instante le amenazaba el golpe mortal del bastón en la espalda o la
cabeza. Finalmente, no le quedó a Gregorio otra solución, pues
advirtió con angustia que andando hacia atrás ni siquiera era capaz
de mantener la dirección, y así, mirando con temor constantemente a
su padre de reojo, comenzó a darse la vuelta con la mayor rapidez
posible, pero, en realidad, con una gran lentitud. Quizá advirtió
el padre su buena voluntad, porque no sólo no le obstaculizó en su
empeño, sino que, con la punta de su bastón, le dirigía de vez en
cuando, desde lejos, en su movimiento giratorio. ¡Si no hubiese sido
por ese insoportable silbar del padre! Por su culpa Gregorio perdía
la cabeza por completo. Ya casi se había dado la vuelta del todo
cuando, siempre oyendo ese silbido, incluso se equivocó y retrocedió
un poco en su vuelta. Pero cuando por fin, feliz, tenía ya la cabeza
ante la puerta, resultó que su cuerpo era demasiado ancho para pasar
por ella sin más. Naturalmente, al padre, en su actual estado de
ánimo, ni siquiera se le ocurrió ni por lo más remoto abrir la
otra hoja de la puerta para ofrecer a Gregorio espacio suficiente. Su
idea fija consistía solamente en que Gregorio tenía que entrar en
su habitación lo más rápidamente posible; tampoco hubiera
permitido jamás los complicados preparativos que necesitaba Gregorio
para incorporarse y, de este modo, atravesar la puerta. Es más,
empujaba hacia delante a Gregorio con mayor ruido aún, como si no
existiese obstáculo alguno. Ya no sonaba tras de Gregorio como si
fuese la voz de un solo padre; ahora ya no había que andarse con
bromas, y Gregorio se empotró en la puerta, pasase lo que pasase.
Uno de los costados se levantó, ahora estaba atravesado en el hueco
de la puerta, su costado estaba herido por completo, en la puerta
blanca quedaron marcadas unas manchas desagradables, pronto se quedó
atascado y sólo no hubiera podido moverse, las patitas de un costado
estaban colgadas en el aire, y temblaban, las del otro lado
permanecían aplastadas dolorosamente contra el suelo.
Entonces
el padre le dio por detrás un fuerte empujón que, en esta
situación, le produjo un auténtico alivio, y Gregorio penetró
profundamente en su habitación, sangrando con intensidad. La puerta
fue cerrada con el bastón y a continuación se hizo, por fin, el
silencio.
Frank
Kafka La metamorfosis
Comentario 2. El talento de Mr. Ripley 14 mayo
Tom
permanecía sumido en un enigmático mutismo, decidido a no contarle
a Marge nada de lo que habían hecho. Se dijo que pensara lo que le
viniera en gana. Con lo dicho por Dickie quedaba ya bien claro que se
lo habían pasado en grande. Tom advirtió que la muchacha miraba a
Dickie con cara severa debido a su resaca, a su rostro sin afeitar y
al Bloody Mary que se estaba tomando en aquel momento. Había algo en
los ojos de Marge, cuando estaba seria, que le daba aspecto de
persona mayor pese a los vestidos ingenuos que usaba y a su aire de
exploradora. Su forma de mirar en aquel instante era la propia de una
madre o una hermana mayor... la inveterada aversión femenina hacia
los juegos destructivos de los niños y los hombres. Tom se dijo que
quizá se trataba de celos. Diríase que Marge sabía que Dickie y él
se sentían más unidos de lo que ella jamás lograría con Dickie,
solamente porque él, Tom, era hombre también, y lo mismo hubiese
sucedido
aunque
Dickie la amase, cosa que no correspondía a la realidad. De todos
modos, al cabo de un momento, pareció que la muchacha se calmaba, y
la expresión desapareció de sus ojos. Dickie le dejó a solas con
Marge en la terraza. Tom le preguntó por el libro que estaba
escribiendo, a lo que ella respondió que se trataba de un libro
sobre Mongibello, con fotografías tomadas por ella misma. También
le contó que procedía de Ohio, mostrándole una foto, que llevaba
en el monedero, en la que se veía la casa de su familia.
El
talento de Mr. Ripley Patricia
Highsmith
lunes, 2 de marzo de 2015
Artículo en El País sobre Kafka
Si pinchas aquí puedes leer el artículo sobre la nueva publicación de las Cartas a Felice de Kafka
domingo, 8 de febrero de 2015
sábado, 7 de febrero de 2015
domingo, 1 de febrero de 2015
miércoles, 28 de enero de 2015
Por si os sirve para comparar con Werther
Hace 83 años, la escultora Marga Gil, enamorada en secreto de Juan Ramón Jiménez, se quitó la vida por no poder vivir con él. Ahora se publica su diario en el que habla de ese amor . Puedes leer la noticia completa pinchando aquí
Suscribirse a:
Entradas (Atom)